Como ser estudiante y no morir en el intento

La vida de estudiante no es fácil. Es todo un proceso de cambios largos y tortuosos para llegar a convertirnos en esos hombres y mujeres de provecho del futuro. Pero si algo me han enseñado mis tres años como estudiante, es que en todo camino largo siempre existe más de un atajo.

8/14/2006

Ron, ron, ron y un poquito de limón

Todos conocemos de sobra el botellón y sus consecuencias, un tema de total actualidad rodeado de una devastadora polémica que afecta a muchas ciudades españolas o por lo menos afectaba hasta la incoherente ley antibotellón. Sólo quedan unas pocas ciudades que han sucumbido a las delicatessen del botellón dejando a un lado esa absurda ley.
No hay nada como beber y más cuando uno es joven y no tiene de que preocuparse. Ya llegará el momento para arrepentirse de los excesos y alarmarse por el estado de nuestro hígado. Mientras tanto, lo mejor es disfrutar, que la vida son dos días y ya llevamos más de un día vivido. Pero que quede claro que hay que disfrutar sin excesos, todo en su justa medida es bueno.
A los universitarios ya nos han quitado en muchas ciudades nuestro adorado botellón porque una panda de niñatos quinceañeros empezaron a emborracharse en mitad de las calles. El botellón es una práctica con historia, ya lo hacía mi padre en las fiestas del pueblo con sus amigos. Por suerte, yo me encuentro en una de las pocas ciudades en las que aún se permite el botellón: Almería, una ciudad con tanto encanto, aún conserva el botellón y sus típicas tapas que acompañan a la cerveza.
Pero esta entrada no es sólo para rendir un merecido homenaje al botellón, no. Su fín es bien distinto. Y es que resulta que el otro día navegando por la red encontre una foto más que graciosa que está intimamente relacionada con el botellón. Sí, sí, sí....






A ver quién es el listo o la listilla que me explica a mí esta foto. Creo que existe más de un punto de vista y es que una al encontrarse con este tipo de fotos no puede evitar preguntarse que ocurre realmente con el policia. ¿Se había tomado unas copillas de más mientras estaba de servicio? ¿Le pillaron sus compañeros de trabajo practicando el botellón? ¿Se nego a hacerse la prueba de alcoholemía en un control rutinario? Mae mía... El ser humano es un ser complejo, hay tantos cosas que se escapan de nuestras manos pero es cuando veo fotos como esta cuando me doy cuenta de las rarezas de nuestra especie. Disfrutad de ello pequeñines.

1 Comments:

At 5:17 a. m., Anonymous Anónimo said...

Botas de "regaor": 30€
Guantes de cuero: 10€
Pantalón azul: 10€
Camisa azul: 12€
Casco cutre: 20€
Pegatinas para casco y camisa: 3€
Cinturón multiusos: 5€
Walkie Talkie: 8€
Katana de plástico: 5€

Ir a una zona de botellones requisando botellas para pegarse más tarde el homenaje padre e ir contando la batallita a todos los colegas del día que engañó a un varios grupos de borraxos? NO TIENE PRECIO, PARA TODO LO DEMÁS? Mastercard

Pd: Que te pillen in fraganti? Sí tiene precio...

 

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